Muchas veces, por la rutina y el ritmo del día a día no le damos la importancia que amerita al sueño, pero no sólo al sueño en sí sino a la calidad de nuestro descanso. Es decir, no sólo descansamos poco, sino que descansamos mal. Esto, tiene relación directa con nuestra salud física, emocional y mental, por lo que más que un placer se debería considerar una necesidad del organismo. Un sueño de calidad es continuo, donde durante la noche no se presentan despertares o interrupciones y que, según la OMS, la duración recomendable para los niños es entre 10 a 12 horas, y para los adultos entre 6 y 8 horas.
Mientras descansamos nuestro cuerpo trabaja, pero ¿a qué se dedica exactamente mientras dormimos?
Pues bien, es como si fuera una máquina y le diéramos al botón de “reiniciar”. Es justo lo que hace nuestro organismo, se reinicia, se repara y se reestructura de cierta manera, ya que se encarga de funciones básicas como: mejorar aspectos cognitivos relacionados con la memoria (procesando y organizando la información que hemos registrado durante el día) y la concentración (mejorando ésta cuando estamos despiertos); se fortalecen también la frecuencia de respiración, el sistema cardiovascular y el sistema inmunitario, se recarga la energía, fomenta un mejor estado de ánimo, ayuda a la aceleración del metabolismo.
Por el contrario, si nuestro descanso es deficiente podríamos tener problemas de concentración y memoria, peor estado de ánimo (pudiendo provocar mal humor e irascibilidad) y peor salud física (mayor probabilidad de padecer obesidad, enfermedades del corazón y enfermedades virales).
Es por ello, que mediante este escrito se busca educar e informar sobre la importancia de dormir bien, ya que favorece nuestro desarrollo personal, mejorando no sólo a nivel individual sino a nivel social, de cara a relaciones interpersonales.
Tips para favorecer un buen descanso:
- Créate una rutina de sueño: intenta establecer una misma hora para todos los días.
- Identifica esas señales que te dicen que tienes sueño. Es importante que una vez que las identifiques les hagas caso e intentes irte a la cama. Luego puede ser más difícil conciliar el sueño.
- Deja a un lado estímulos que te distraigan como lo son los dispositivos móviles.
- Echarte la siesta está muy bien para recuperar energía durante el día, sin embargo, no te excedas, establécete un rango, por ejemplo, entre 20 y 30 minutos.
- Analiza tu espacio, es beneficioso que se trate de un ambiente tranquilo, reconfortante y oscuro, te ayudará a facilitar un buen dormir.
- Si te apetece, 30 minutos antes de irte a dormir, haz ejercicios de relajación y respiración profunda, esto ayudará a tu organismo a estar tranquilo a la hora de dormir.
- Evita bebidas que contengan cafeína o alcohol y cenas pesadas, elige alimentos que te aporten nutrientes y que sean ligeros, sobre todo antes de dormir.