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En el Centro de Psicología Mte tenemos la convicción de que ninguna escuela en psicología tiene la verdad absoluta sobre cómo enfocar el trabajo y entender al ser humano. Desde nuestra forma de trabajar vemos que es necesario integrar lo mejor de los aportes del psicoanálisis con la psicología cognitiva-conductual, con las teorías del aprendizaje, con la corriente humanista (psicodrama, Gestalt…), con las terapias de tercera generación, con la terapia breve estratégica, con la neurociencia, con la física cuántica,… y con todo aquello que detectamos que puede aportar algún matiz interesante para que cada persona se sienta mejor en su piel y sé dé permiso para estar en el único puesto en el que puede vivir, en el suyo.
Muchas veces no es fácil identificar si nuestro malestar es lo suficientemente grave o importante como para acudir al psicólogo. En primer lugar, decirte que si has llegado a planteártelo, quizá sea necesario que acudas y pidas cita. Y en segundo lugar, no es imprescindible que tu problema o malestar sea especialmente grave, sino que, a veces es necesario acudir, precisamente, para que no llegue a serlo.
Lo más importante es que sepas que no hace falta esperar a estar fatal, o sentir que “has tocado fondo” para pedir ayuda. Se puede acudir al psicólogo y comenzar el proceso de terapia sin necesidad de existir un problema grave, a veces simplemente porque sientas que necesitas un acompañamiento, encontrar el sentido en algún aspecto de tu vida o trabajar algo muy concreto, por ejemplo.
En el Centro de Psicología Mte, las profesionales que trabajamos aquí, Rut y Mer, tenemos la convicción de que ninguna escuela en psicología tiene la verdad absoluta sobre cómo enfocar el trabajo y entender al ser humano. Por eso nos hemos formado en diferentes corrientes y recursos para trabajar en consulta y seguimos en formación continua para seguir descubriendo modos que nos permitan garantizar el mejor modo de llegar a ti. En consulta no sólo integramos los aportes de diferentes corrientes, sino también diferentes formas de hacer. Dentro de una sesión terapéutica, podemos evaluar con técnicas cognitivos-conductuales, con psicodrama, intervenir con una herramienta de coaching, asesorar o indicar pautas concretas, etc. es decir, nuestro compromiso con nuestro trabajo nos invita a adaptarnos a lo que tú necesitas sesión a sesión. Damos lo mejor de nosotras para que tú consigas lo mejor de ti.
Hay tantas respuestas a esta pregunta como psicólogos, pero en términos generales podemos decir que es un proceso de intervención, en el que a través de un conjunto de técnicas que lleva a cabo el psicólogo, se logran los objetivos de la persona, ya sean tan dispares como disminuir un malestar, superar unas dificultades, alcanzar un aprendizaje sobre el funcionamiento personal o comprender parte de la historia.
El objetivo del proceso terapéutico es el que tú quieras como cliente, lo pones tú. El cómo es cosa nuestra.
Es necesario querer ir a terapia, independientemente de que tengas claro tu objetivo a trabajar, y responsabilizarte de tu proceso.
Puedes estar seguro de que has encontrado a un buen psicólogo si te inspira confianza, te sientes escuchado y acompañado, si te sientes a gusto en las sesiones, y si notas cambios positivos con la terapia.
Un psicólogo es un profesional de la mente y el comportamiento que trabaja con emociones, pensamientos y conductas; ayuda a las personas para que se conozcan más y adquieran comportamientos más adaptativos.
Hay muchos tipos de profesionales que ejercen la Psicología: psicólogos, psicólogos sanitarios, psicólogos clínicos, psicopedagogos, psicólogos educativos, psicólogos de recursos humanos, psicólogos de penitenciaría, psicoterapeutas, etc. y muchas formas de hacer: terapia, psicoterapia, counselling, coaching, asesoramiento, etc. de forma individual, en pareja, en familia o en grupo. Ahora bien, no todas las personas que hacen coaching, que hacen terapia y las demás formas que hemos indicado, son psicólogos. En España, la única forma legal de ejercer la Psicología bajo esos nombres es habiendo estudiado la carrera de Psicología como base, y para ejercer en la rama sanitaria de la Psicología sólo hay dos formas legales: siendo psicólogo sanitario (requiere haber estudiado el MPGS o haber sido habilitado como sanitario) o siendo psicólogo clínico (requiere haber hecho el PIR). En otros países de Europa no es necesario y los protocolos son distintos. En España, por ejemplo, puedes ser coaching sin ser psicólogo para trabajar en empresas o con equipos para entrenar habilidades sociales que pueden aprenderse en diferentes estudios o, por ejemplo, un trabajador social puede enseñar sobre emociones y entrenar en habilidades, pero eso no es psicología ni psicoterapia. La diferencia radica en la capacidad del profesional para ejercer con un enfoque u otro. Por eso has de asegurarte de cuál es tu objetivo cuando contratas a un profesional, y si lo que quieres es un servicio de psicología o psicoterapéutico, pregunta si la persona es licenciada o graduada en Psicología y si tiene los permisos necesarios en nuestro país. Básicamente se puede comprobar observando y pidiendo a la persona si posee un número de Registro Sanitario, ya que, para obtenerlo, Sanidad va a comprobar si la persona posee los títulos académicos necesarios y si está dado de alta en el Colegio Oficial de Psicología.
Desde nuestro centro te aconsejamos que no te conformes sólo con asegurarte de que el profesional al que acudes posee ese número de Registro Sanitario, sino que le preguntes al profesional si acude regularmente a terapia, y si realiza formación continua, esto garantiza el autocuidado de tu profesional de confianza.
Existen diferentes tipos de psicólogos, tantos como ámbitos de la vida: sanitario, educativo, social, recursos humanos, penitenciaría, etc. A continuación vamos a darte unas pinceladas sobre la rama sanitaria y la educativa.
La rama sanitaria de la psicología abarca la realización de investigación, evaluación e intervención psicológica sobre aquellos aspectos del comportamiento y la actividad de las personas que tienen que ver con la mejora y promoción de la salud, siempre que no requieran de la atención especializada de otros profesionales, incluye a los psicólogos sanitarios y clínicos.
- Psicólogo sanitario: Licenciado o graduado en Psicología que está habilitado para trabajar en la rama sanitaria de la misma, bien a través del master (MPGS) o bien por habilitación (antes de octubre del 2014 si el profesional había estudiado diversos masters equivalentes al que hoy se llama MPGS obtuvo la convalidación de esa formación).
- Psicólogo clínico: Licenciado o graduado en Psicología que ha obtenido su título de psicólogo especialista en psicología clínica (PEPC) tras haber aprobado la oposición y haber concluido satisfactoriamente los 4 años de residencia como PIR (psicólogo interno residente).
La rama educativa cuenta con el psicólogo educativo o especialista en psicopedagogía: es el profesional que trabaja con menores, en las dificultades que tienen que ver sobre todo con su aprendizaje y desarrollo, pero también con su comportamiento y gestión de emociones. Pueden trabajar en colaboración con el colegio para establecer actuaciones eficaces en la misma dirección y resolver las dificultades o atender las necesidades del niño o niña. La colaboración con la familia es imprescindible para llegar a entender las características del menor, sus necesidades y su funcionamiento en los diferentes ámbitos, y de este modo poder ajustar la intervención y hacerla lo más eficaz posible.
La terapia no se mide en el tiempo de duración, sino en el contenido que se trabaja y los resultados que se obtienen. Todo depende del motivo o los motivos por los que acudes a consulta, de tu dinámica y de la frecuencia de las sesiones. Cada persona y cada caso son diferentes. Hay que adaptarse siempre a cada uno. El factor principal para avanzar es tu propio trabajo e implicación, y que apliques en tu vida las técnicas y estrategias que vas aprendiendo en la terapia.
Porque somos conscientes de que muchas veces dar el primer paso de acudir a consulta se hace difícil, por eso te ofrecemos la posibilidad de tener un primer espacio de encuentro para conocernos y que conseguir tus objetivos se haga desde el primer momento más llevadero. Es un encuentro gratuito y sin compromiso porque si no hay feeling entre el profesional y el cliente no es posible trabajar juntos en el espacio terapéutico.
En nuestro centro las sesiones individuales son de entre 50 minutos y 1 hora de duración y las sesiones de pareja o familia son de entre 1h y 20 minutos y 1h y 30 minutos.
¿Te interesa?
Sin intermediarios, puedes contactar directamente con la profesional que mejor se ajuste a tus necesidades y concertar una cita con ella el mejor momento para realizar la terapia.