persona que atraviesa dificultades para gestionarse

Lo que necesita y lo que no necesita una persona que atraviesa dificultades para gestionarse

En muchas ocasiones, mis clientes me comentan: “mi (padre, madre, pareja, amiga, etc.) me pregunta qué puede hacer para ayudarme en este momento malo que estoy pasando y no sé qué decirle”. Para ayudar a transmitir esas pautas he escrito las siguientes consignas con la intención de que puedan orientar a las personas allegadas, a la persona a la que acompaño en su proceso terapéutico, para que puedan ser de ayuda y no causen un mayor perjuicio a la persona que está tratando de comprenderse y hacer cambios en su vida.

Las emociones son necesarias para poder comprendernos y comunicarnos, no hay ninguna emoción negativa, todas son útiles, algunas son agradables y otras desagradables. A veces no gestionamos bien nuestras emociones y cuando detectamos que esto nos sucede a nosotros o a las personas de nuestro entorno, debemos tener presente qué podemos hacer para ayudar y qué no debemos hacer, porque si lo hacemos, perjudicaremos.

Antes de pasar a describir qué sí es correcto y qué es inadecuado hacer o decir en general al acompañar a otra persona, que todo lo descrito vale ante cualquier emoción y circunstancia, pero quizás es más importante aún si cabe hacerlo cuando está presente la ansiedad.

Las emociones son responsabilidad personal

Quiero puntualizar que la ansiedad es una emoción compleja que podemos experimentar cualquier persona en diferentes grados sin necesidad de que exista un trastorno. La ansiedad suele indicar que necesitamos algo distinto a lo que estamos viviendo. Para entender bien esta emoción debemos hacer una labor de investigación personal.

La ansiedad no se va por estar con otras personas o yendo a sitios determinados y no es necesario que se vaya; es más importante que entendamos por qué o para qué está. Aunque sí puede suceder que estar en compañía de algunas personas puede favorecer que la ansiedad disminuya o por el contrario que se dispare. E igualmente, puede suceder con algunos lugares que nos revuelven o nos ayudan a estar más en paz.

No debemos olvidar que nadie nos hace sentir lo que sentimos. Las emociones son responsabilidad de la persona que las está sintiendo de forma única e intransferible. Yo siento lo que siento por lo que estoy pensando, por lo que me está pasando, por cómo gestiono o no gestiono algo, por lo que espero que suceda, por lo que me digo o me presiono sobre cómo creo que deberían ser las cosas o actuar algunas personas, etc.

Un derecho fundamental de las personas es el derecho a la intimidad y a no contar.

Lo que necesita y le viene bien a cada persona para poder gestionar mejor sus emociones es:

  • Elegir lo que quiere y lo que no quiere hacer sin presiones (ni externas ni internas). Por ejemplo, aunque algunas veces le venga bien estar con una amiga determinada, puede elegir no verla porque en ese momento la persona prefiere estar sola. Haya que valorarlo día a día.
  • Tener su espacio. Que no se les presione para que cuenten cómo están o qué necesitan. Es mejor dar por hecho que necesitan tiempo y dar espacio. Está muy bien mostrarse disponible y hacerse a un lado. Por ejemplo: “uy me da la sensación de que hoy te veo con mala cara, ¿necesitas algo? Yo estoy aquí disponible”.
  • Empatizar con sus emociones y hacer ver a la persona que comprendes sus emociones. Y si no se comprenden, al menos decir algo como lo siguiente: “no entiendo esto que dices, pero te respeto”. Esto es, no juzgar. Si no se entiende lo del otro, es mejor no opinar sobre ello y favorecer la tranquilidad y paciencia. Por lo tanto, nunca juzgar ni etiquetar a la persona.
  • Expresar sus emociones, y hay muchas formas posibles para expresarlas. A veces puede ser hablando, otras pintando, cosiendo, bailando, escribiendo, etc. Por ejemplo: llorar es una forma útil y positiva para muchas personas para expresar y sacar sus emociones desagradables. Por lo tanto, llorar está bien.
persona que atraviesa dificultades para gestionarse

Lo que no necesita y no le viene bien a cada persona para poder gestionar mejor sus emociones es:

  • Que invadan su espacio. Una forma de invadir el espacio de alguien es insistir en que la otra persona debe contar o debe estar bien o debe mostrar o contar cómo está o que debe hacer algo concreto. Todo esto es contraproducente y provoca el efecto contrario de lo que buscamos (ayudar). Es muy agresivo elegir por otra persona lo que esa persona debe hacer o no para estar bien. Por lo tanto, no se dan consejos a quien no los pide y NO PENSAMOS POR LOS DEMÁS, es mejor siempre preguntar: “¿Qué necesitas? “ Y no imponer lo que le vendría bien o mal según nuestro criterio. Por lo tanto, tampoco se le dice a alguien cómo se siente o cómo está, sí podemos expresar cómo nos parece que está o cómo la vemos, pero nunca asegurarlo.
  • Que se invaliden sus emociones. Es importante no minimizar ni restar importancia a lo que está expresando alguien. Ejemplos de frases que hacen que invalidemos las emociones de otra persona: “Eso no es importante.” “No es motivo para que te sientas mal.” “Pon de tu parte.” “Haz …. Y se te pasa.” “Si hubieras hecho …. tendrías menos ansiedad.” “No te pongas así.” “Tienes que contarme lo que te pasa.” “Eso es una tontería.” “Estás tonta por estar así por esa bobada.” “Dame un abrazo que te va a venir bien.” “Pero ¿qué te pasa? dime, anda venga, cuéntame.” “Si a mí me viene bien, a ti también.” Es muy importante evitar hacer comentarios destructivos como los ejemplos que acabamos de enumerar.
  • Que se interpreten sus emociones (“te sientes así porque no me llamas”) y se les haga sentir culpables por lo que hacen o no hacen (“tú sabrás”, “con tu actitud me estás matando”, yo estoy triste porque no has venido a verme”), dicen o no dicen (“yo estoy triste cuando me dices esas cosas”; “me estás preocupando porque no me cuentas lo que te pasa”). Todas las personas tenemos derecho a no contar.
  • No hacer responsables del malestar ni del bienestar de otras personas. Es decir, no usar el chantaje emocional (“estoy triste porque no me lo cuentas”, “me sentiría mejor si me hubieras llamado”). Generalmente, cuando se usa significa que la persona no tiene más recursos para ayudar al otro. No pasa nada por no tener recursos, es mejor no ayudar, y esperar a que el otro nos señale qué necesita antes de hacer algo contraproducente.
  • Que se le etiquete, que se insulte, ni siquiera de forma (supuestamente) cariñosa.

A tener en cuenta

Todo lo descrito en este documento sirve para todo tipo de vínculos, es especialmente importante que sigan estas pautas las personas más allegadas como puedan ser pareja y familia.

No todos somos iguales y no todos necesitamos las mismas cosas en las mismas situaciones, por ello, es muy importante que aparte de seguir estas pautas se le pregunte a la persona en concreto a la que queremos ayudar ¿qué le viene bien a ella? y respetar sus tiempos.

En una situación de bloqueo es especialmente importante tener paciencia y no agobiar, dando espacio a la persona bloqueada. “Estoy aquí para lo que necesites, tómate tu tiempo”. No se puede forzar a nadie a salir de un bloqueo.

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