Para hablar de autocuidado hay que ponerse en el contexto adecuado. Hay algunos días en los que estamos más enérgicos o hacia afuera, pero otras veces estamos con la energía bajita, no nos apetece interactuar tanto y vamos más hacia dentro, y está bien también. No hace falta que pase nada negativo ni haya un porqué, simplemente no somos lineales.
Cuando notamos que estamos con menos energía, con el estado de ánimo más bajito, más apáticos, cansados, con fatiga o dolores, más irritables… todo esto nos da una información. Son pequeñas señales, quizá consecuencia de estar exigiéndonos más de la cuenta en algún aspecto. Todo esto nos enseña que igual estamos yendo a más revoluciones de las que nuestro cuerpo puede asumir de forma sana. Muchas veces, nuestra mente va en piloto automático, en modo autoexigencia, “cuanto más, mejor”; y el cuerpo, el pobre, va pidiéndonos una tregua, pero no le escuchamos. Entonces la única forma de que le escuchemos es gritando, y se hace notar desde el dolor o el cansancio.
En estos momentos sería bueno conectar con nosotros mismos, observarnos desde la compasión y plantearnos: ¿dónde me estoy exigiendo de más? Y bajar el ritmo. Que estas señales no se queden solo en eso, sino que paremos a escucharnos, observarnos y actuemos en consecuencia, con consciencia y con amor hacia uno mismo.
Escucharnos, conectar con nosotros mismos y bajar el ritmo (o incluso, parar) también es una forma de autocuidado.
Párate un momento y piensa: ¿Qué me está queriendo decir esto que me pasa? Porque está señalando algo que precisa atención y solamente tú puedes atenderlo y responsabilizarte de tu salud y tu bienestar físico y emocional.
Conexión cuerpo – mente
Recuerda que tu cuerpo te cuenta muchas cosas, es tu aliado. Te avisa, te informa y te frenará si lo necesitas. En ocasiones, la información que te transmitirá te gustará más, en cambio, en otros momentos lo que te cuente te gustará menos, pero igualmente necesita ser escuchado y atendido. No mires para otro lado, ahí te necesitas más que nunca. Para, mira a ver qué ocurre, qué necesitas.
A veces tu cuerpo habla por ti cuando tú no puedes hacerlo. Escúchalo. Cuídalo, escucha sus necesidades y conecta con ellas. La conexión cuerpo-mente es esencial.
Me cuido cuando . . .
. . . Me permito descansar
. . . Me doy un capricho
. . . Dejo que me cuiden
. . . Reconozco mis esfuerzos
. . . Me permito dar espacio a mis emociones
. . . Pongo límites a los demás
. . . No me exijo ni me juzgo

¿Para qué sirve el autocuidado?
Es una forma de mirarte y acercarte a ti mismo. Para poder ofrecernos un buen autocuidado, hay que aceptarnos a nosotros mismos y para ello tenemos que empezar a mirarnos y conocernos un poco mejor.
El autocuidado te permite hacer de tus emociones tus mejores aliadas.
Si te cuidas, ayudas a sanar tu autoestima.
Cubres tus necesidades, te conviertes en tu prioridad.
Das un espacio a lo que sientes.
¿Cuáles son los 4 pilares del autocuidado?
Aprecio: Reconocimiento de lo positivo, de los esfuerzos.
- Reconoce cada día tus esfuerzos y tus cualidades.
- Busca al final del día tus logros (los grandes y los aparentemente pequeños).
Atención: Escuchar y atender nuestras necesidades vitales.
- Párate varias veces al día a escuchar tus necesidades y pregúntate qué puedes hacer por ti mismo para atenderlas.
- Pide lo que necesitas de los demás.
- Descansa.
- Crea rutinas para estar conectado con la gente que quieres.
Afecto: Actitud de cuidado y transmisión de afecto a nosotros mismos. Yo-me-mi-conmigo.
- Dedícate ratitos de mimos y cuidados de la forma que prefieras, pasa tiempo agradable contigo mismo.
- Planifica tiempo para tus actividades favoritas.
- Háblate bien, cuida tu autodiálogo.
Aceptación: Actitud tolerante y compasiva con nosotros mismos.
- Recuérdate que no estás aquí para ser perfecto.
- Ponte metas realistas.
- ¿Qué le dirías a un amigo o a una persona a la que quieres mucho y que estuviera en tu lugar?
Eres un ser humano y te equivocarás muchas veces, y no pasa absolutamente nada. Date permiso para cometer errores, no eres perfecto y no pasa nada. Intenta aprender de ellos y sigue adelante.